El partido de la Liga Profesional entre Huracán y Central Córdoba, celebrado el pasado 28 de octubre de 2024 en el emblemático estadio Tomás Adolfo Ducó, ha quedado grabado en la memoria de los aficionados. No por la calidad del fútbol desplegado, que no fue poca, sino por una decisión arbitral que dejó a uno de los dos clubes con un sabor amargo. Este último encuentro parecía tener todos los ingredientes para ser un espectáculo deportivo grandioso. Por un lado, Huracán buscaba vengarse de su eliminación reciente en la Copa Argentina a manos del mismo rival. Por otro lado, Central Córdoba llegaba en un estado de forma envidiable, con una impresionante racha de siete victorias consecutivas. Sin embargo, lo que marcó el partido no fue ni el juego ni la táctica, sino una decisión arbitral que ha desatado una serie de debates y críticas encarnizadas.
En una jugada que transcurría el minuto 75 del encuentro, el delantero estrella de Huracán fue derribado claramente dentro del área rival en una acción evidente ante los ojos de los asistentes. Casi imperceptible para algunos, innegable para otros, el contacto pareció empujar al jugador y frustrar lo que podría haber sido un gol decisivo a favor del equipo local. Una pausa tensa se apoderó del estadio mientras la mirada de cada espectador, jugador y comentarista se centraba en el árbitro. Para la inmensa sorpresa y consternación de toda la hinchada de Huracán, el silbato permaneció mudo y el juego continuó. Sin embargo, lo que siguió no fue menos que un tsunami de indignación por parte de los aficionados y jugadores del globo. Gritos de "¡Penal!" llenaron el aire mientras los murmullos de desaprobación creaban una atmósfera de evidente enfado y frustración.
Lamentablemente, esta controversia ha desviado la atención del desempeño estelar de Central Córdoba, quienes continúan engranando junto como equipo una sucesión de exitosos resultados que los ha mantenido invictos en sus últimos 12 partidos. La astucia táctica del entrenador y la tenacidad de los jugadores han sido factores clave para mantener este ritmo impresionante. Sin embargo, la conversación general parece enfocarse únicamente en el arbitraje, empañando la imagen de lo que fue, en muchos sentidos, un partido bien jugado por ambas partes. La cobertura mediática también ha jugado un papel importante en este caso, amplificando la controversia en lugar de destacar las habilidades deportivas exhibidas sobre el césped.
Para Huracán, la falta de un penal cobrado no solo significó perder dos puntos vitales en la clasificación, sino también una grieta en el espíritu de su afición, que siente que el club fue despojado de una oportunidad justa de cambiar el signo del partido. Los jugadores, visiblemente afectados, no pudieron ocultar su desesperación al finalizar el encuentro. Algunos han manifestado su frustración a través de redes sociales, donde las opiniones de fanáticos y especialistas del fútbol se entrelazan alimentando una discusión que parece no tener fin. No es la primera vez que una decisión arbitral genera tanto revuelo en el fútbol argentino, conocido por su fervor casi religioso hacia este deporte.
A medida que la presión aumenta, la Liga Profesional aún no ha emitido un comunicado oficial sobre esta polémica. La ausencia del uso de tecnologías como el VAR en ciertas fases de la competición es un tema que ha sido recurrentemente debatido. Los defensores de estas herramientas argumentan que pueden evitar errores humanos que alteran el resultado de encuentros cruciales como el del pasado fin de semana, aunque también existe una minoría que defiende la esencia humana del arbitraje en el fútbol. Las normas y tecnologías cambian y se adaptan a las necesidades actuales de los deportes, y quizás esta sea una oportunidad para analizar una reforma que asegure la mayor justicia posible en los terrenos de juego.
Por el momento, lo que queda para Huracán es continuar enfocándose en lo que está por venir, dejando atrás este amargo episodio mientras buscan retomar el camino de la victoria. Este tipo de circunstancias, aunque desafortunadas, también brindan la oportunidad a equipos y jugadores a demostrar su resistencia y capacidad de sobreponerse a la adversidad. Para Central Córdoba, el desafío radica en mantener la cabeza fría y su impecable racha, a pesar de la tormenta mediática que se centra en su enfrentamiento más reciente. Ambos equipos han demostrado en el campo su valentía y tenacidad, cualidades invaluables, mientras los fanáticos esperan con impaciencia los futuros encuentros para ver qué sorpresas les depara la Liga Profesional de fútbol argentina.