El relevo de la Dirección General de Carabineros de Chile está en plena ebullición. Con la salida prevista del General Ricardo Yáñez a finales de 2024, todos los ojos están puestos en dos candidatos destacados: el General Marcelo Araya y el General Enrique Monrás. Ambos han logrado destacarse en sus respectivas áreas, lo que los coloca como los principales contendientes para liderar una de las instituciones más importantes del país.
General Araya, actualmente subdirector de Carabineros, se perfila como un sucesor natural debido a su vasta experiencia en investigación, inteligencia y asuntos administrativos. Graduado en la misma promoción que Monrás, su trayectoria dentro de la institución ha sido notable. Su conocimiento profundo del funcionamiento interno de los Carabineros y su capacidad para manejar situaciones complejas le otorgan una ventaja significativa.
Por otro lado, el General Enrique Monrás, a cargo de la Dirección de Orden y Seguridad, cuenta con una relación directa con La Moneda. Con nexos importantes, como su vínculo con el Subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, y la Ministra Carolina Tohá, Monrás ha demostrado su habilidad para manejar desafíos estratégicos. Su actuación en la Macrozona Sur y durante la crisis social en la Zona Metropolitana Oeste lo mantienen en alto reconocimiento dentro de la esfera política y de seguridad.
Araya y Monrás no son los únicos candidatos en la carrera. Otros generales como Ramón Alvarado, Jean Camus, Pablo Silva y Rodrigo Espinoza también están en la lista de posibles sucesores. Sin embargo, la balanza parece inclinarse principalmente entre estos dos veteranos, quienes por años han dedicado su vida al servicio de Carabineros.
La gestión de Ricardo Yáñez como Director General comenzó en un entorno desafiante en 2020, tras la renuncia de Mario Rozas debido a una profunda crisis institucional y acusaciones de violaciones a los derechos humanos durante el estallido social. Pese a las imputaciones por parte de la fiscal Ximena Chong en su rol durante esos tiempos tumultuosos, Yáñez ha contado con el respaldo del gobierno, mostrando una notable recuperación en la aprobación pública de los Carabineros. Recientes encuestas reflejan un 83% de apoyo, un número significativo si se compara con los años anteriores de crisis.
La narrativa es clara: la sucesión no solo determinará la futura dirección de Carabineros sino que también marcará el curso de la seguridad pública en el país. Tanto Araya como Monrás tienen perfiles robustos y una sólida formación académica y profesional. Han pasado gran parte de sus carreras moldeando y siendo moldeados por esta institución. La expectativa está en que quien asuma el mando continuará reforzando la recuperación y modernización que Carabineros ha experimentado bajo la gestión de Yáñez.
El proceso de selección está meticulosamente orquestado y no falta mucho tiempo para que el gobierno tome una decisión. En juego no solo está la sucesión de una alta posición, sino también la responsabilidad de guiar una entidad crucial en tiempos desafiantes. Ambos candidatos han demostrado excepcionalidades, y elegir entre ellos no será una tarea sencilla. La certeza es que quien sea nombrado tendrá la ardua labor de fortalecer la confianza pública y adaptar la institución a los cambios y demandas sociales actuales y futuras.
La incertidumbre se mantiene y la decisión final será observada con gran atención tanto por el mundo político como por la ciudadanía. A medida que noviembre de 2024 se acerca, Carabineros se prepara para un nuevo capítulo bajo un liderazgo que siga comprometido integralmente con la modernidad y transparencia aunque con desafíos inmensos aún por delante.